¿Parking gratis?

Estas son las escaleras mecánicas del Corte Inglés que han puesto este año cerca de mi nueva casa (me acabo de dar cuenta que de escaleras tiene más bien poco). Este centro comercial tiene una particularidad respecto a su ubicación geográfica muy interesante para mí, ya que está situado justo al lado de mi gimnasio, ¡y tiene parking gratis!

No pasó mucho tiempo hasta que se me encendió la lucecita. ¿Con el frío que está empezando a hacer -pensé- porque no voy en coche, aparcó en el Corte Inglés y de allí voy en un minuto al gimnasio? De esta manera ni me tengo que pegar la pateada ni esperar el autobús...

Espero que el gerente del Corte Inglés no sea lector de mi blog y no se le ocurra poner el parking de pago. Tampoco le conviene, porque desde que aparco allí para ir al gimnasio también me he dejado más dinero en sus productos, ya que la sección de música y cine está (casualmente) al lado de la intersección de las dos escaleras mecánicas.

El otro día la oportunidad fue irresistible y me compré dos discos: la edición Tour 05 de Antonio Orozco y el nuevo de Estopa. Después de escuchar un par de veces Voces de Ultrarrumba(los títulos de sus álbumes nunca han sido su fuerte) ya tengo claro cuál es, de largo, la mejor canción: No quiero verla más. Pedazo de letra y pedazo de rumba. Qué grandes son estos dos.

De Checa a Cervantes

La semana pasada en mi trabajo organizamos una conferencia dedicada a la psicología deportiva, y como "estrella" invitamos a Carlos Checa. Antes de empezar la sesión aproveché para hacerme una foto con él. No es que deportivamente Checa sea santo de mi devoción (actualmente sólo me gusta Pedrosa "el Terrible") pero hay que reconocer que es un deportista de élite, que semana a semana se juega la vida en los circuitos. Y, ¡qué diantre!, no cada día se conoce a un piloto de Moto GP.

Esta semana también he empezado a leer El Quijote, un mes antes que acabe la celebración del Cuarto centenario de su publicación. Ya tenía el libro de cuando estudiaba literatura española en el instituto y habíamos leído fragmentos. Nada más abrirlo el otro día vi que en la primera página había escrito en lápiz "p.199". Busqué la página 199 y encontré la siguiente frase subrayada:

- Ésa es natural condición de mujeres -dijo don Quijote-: desdeñar a quien las quiere y amar a quien las aborrece.

Resulta curioso pensar que esta frase fue escrita hace más de 400 años...

Importante sesión gastronómica

Esta tarde he visitado de nuevo uno de mis bares favoritos, al que ya dediqué un post en agosto: el bar Zipi Zape. Nada más llegar he encontrado en el tablón de la entrada el anuncio que estaba buscando:

Una vez dentro, he tenido otra de esas conversaciones con el dueño que podré contar en reuniones de amigos:

- Pónganos tres guarrings, a su libre creación.
- Hombre, faltaría más. A ver si te has pensao que vas a venir aquí y me vas a decir cómo tengo que hacer los guarrings.

Antes de prepararlos ha añadido: "Os voy a preparar tres bocadillos que palmais seguro". Reconfortante.

El menú ha sido el siguiente:
1er guarring - mortadela de olivas, tortilla de patatas y pulpo.

2do guarring - butifarra de huevo, salami y queso.

3r guarring - tomate, chorizo y albondigas.

Pues no he palmao ni me ha sentao mal, como en algún momento he temido. Estaban los tres buenísimos, en especial el segundo. Todo ello acompañado de un calimocho estilo portugués algo peleón y una cerveza Moritz.

Aquí podéis ver a mi colega Jamie haciéndose el flipao antes de jalarse los tres guarrings. Que bien le queda la gorra, ¿a qué sí? Tendré que comprarme una...

Mis dos manos

Poco antes de dejar el blog (definitivamente pensaba yo, temporalmente ha resultado ser) os pedí a vosotros, amigos lectores, que me propusierais temas que fotografiar y sobre los cuáles divagar. Las únicas peticiones que recibí fueron:

a) una foto mía en ropa interior (que chabacano, pido una foto y ¡hala! “¡sal medio desnudo!”)

b) una foto de mis manos. Esta segunda petición, a cargo de mi estimada y nunca suficientemente valorada amiga Nia, me pareció interesante, y sin duda más elegante que la anterior.

Pues bien estas son mis manos, la izquierda y la derecha.

Siempre he pensado que tengo unas manos bastante bonitas. Uno de mis grandes sueños es trabajar algún día como doble de manos. Sí, ya sabéis, cuando en determinados anuncios se ve un plano corto de una mano para anunciar un reloj, por ejemplo, se utilizan “dobles de manos” que sustituyen al actor protagonista, que suele ser mucho más famoso pero que quizá tiene unas manos feas. De momento tengo la cosa un poco apartada, pero mi sueño ahí permanece...

Igual que las páginas web pueden llevar incorporado un contador para contabilizar el número de veces que son visitadas, sin que se escape ni una sola visita, a mi me gustaría que mis manos hubieran llevado desde que nací un contador de estrecheces de manos. De ese modo ahora podría responder a la pregunta que muchas veces me hago cuando viajo sólo en metro sin nada que leer o sin música que escuchar: “¿A cuántas personas habré estrechado la mano a lo largo de mi vida?”. A veces esta pregunta tiene variaciones como: “¿Cuántos ‘dos besos’ habré dado durante mi existencia?” o “¿Cuántas palabras habré pronunciado desde que nací?”.

“¡Qué raro que es este tío!” pensaréis sin duda, pero bueno, creo que no es para tanto, aún no he llegado al punto de “Antes de salir de una habitación tengo que apagar y encender la luz 7 veces o toda mi familia morirá”.

Por cierto, estas dos manitas, con ayuda del Photoshop, of course, han creado una serie de fondos de pantalla "Mi móvil y yo", de diseño exclusivo, y libres de impuestos. Los podréis encontrar en la parte derecha del blog, justo debajo de la divertida sección "Quiero una novia como..."

Me ha pasado lo de Zidane

Lo que me pasó la otra noche es algo muy fuerte. Es algo místico, que me supera un poco. Es algo que me preocupa pero que a la vez me tiene fascinado.

Estaba durmiendo, cuando me desperté de madrugada, de repente. Al principio me extrañó, porque yo siempre duermo de un tirón, casi nunca me despierto en mitad de la noche.

Lo que viene ahora no sé como explicarlo, no se lo he dicho a nadie de mi familia, sólo a una amiga. Pues bien, en ese momento noté que había una presencia familiar en mi habitación. La luz estaba apagada pero yo podía ver perfectamente a una persona, aunque notaba que me costaba mucho moverme.

“¿Quién era esa persona?” me preguntaba mi amiga cuando se lo expliqué. Es muy fuerte, es una persona muy importante que venía desde muy lejos. Pero su identidad me la llevaré conmigo a la tumba. Es algo irracional, todo un enigma. Nadie me creería si lo dijera, seguro que os reiríais de mi. Es alguien que en circunstancias normales jamás podría llegar a ver; ni yo mismo me explico lo que pasó.

La cuestión es que esa persona no movía los labios pero yo escuchaba su voz en mi cerebro. Estuvo hablándome un buen rato. Me dijo que si quería volver a encontrarme a mí mismo después de estos últimos meses tan duros tenía que volver a hacer las pequeñas cosas que me hacían feliz. En ese momento sentí unos deseos enormes de volver a hacer cosas que tenía abandonadas, era una fuerza imparable que me hacía querer seguir sus consejos. Una de de esas cosas era seguir escribiendo en el blog. He sentido ganas de reencontrarme con todo eso.

No sabía si explicar esto, sé que muchos no lo creeréis, pero es una experiencia tan fuerte que es difícil mantenerla en secreto. Creo que es algo que no olvidaré nunca.

Ésta es la cama donde sucedió todo.