martes, 7 de marzo de 2006

Me puse las botas

Ya que no me pongo las botas en otros sentidos, me las pongo comiendo. El domingo pasado fui a probar el menú de degustación para la boda de mi hermana, que es proximamente. Hacía años que no comía tan bien, fue una auténtica barbaridad, rozando la salvajada. Se me hace imposible recordar la cantidad de platos y de comida que llegué a probar. Desde luego estaba todo para chuparse los dedos. Y si encima me invitaron mi hermana y mi cuñao, ¿qué más quieres, Baldomero?

Durante la espera entre plato y plato hice algunas fotillos pensando ya en el blog. Supongo que es cuestión de deferencia profesional... Allá van.

Ésta es la mesa tal como nos la encontramos al llegar, con parte de los aperitivos esperándonos. Para que os vayáis haciendo una idea de por dónde iba la cosa.

Puedo afirmar, y estoy seguro de no equivocarme, que este queso, el que he señalado con la flecha, queso de cabra, es el mejor queso que he comido en mi vida. Y ya llevo hechos muchos kilómetros eh.

Lo más sorprendente para mí fue encontrarme con un plato de olivas rebozadas. Nunca pensé que viviría para verlo.

Desde luego es un delito que la gente se coma la uva pudiendo hacer vino. Este Rioja Crianza del 99 estaba muy bueno.

Pues yo, si no me tomo un carajillo de Baileys, es como si no hubiera comido (al fondo a la izquierda podéis ver la cámara digital último modelo que me he comprado).

Entre los aperitivos y el carajillo me metí entre pecho y espalda una selección de pescados con langosta incluida, y una espalda de cabrito que no se la saltaba un torero. Pero entenderéis que en esos momentos, embriagado por el dios Baco, me olvidara momentáneamente del móvil.

Salut!