domingo, 29 de octubre de 2006

Espera

Era sábado por la noche. Había quedado a las 23:30 h en uno de mis bares preferidos, el templo de los guarrins bocadill (los lectores más antiguos del blog ya lo conocen).

Yo iba con toda la ilusión del mundo, llegaba a eso de las 23:35, mientras en el televisor agonizaba el Nàstic-Real Madrid. Mensajes de móvil me avisaron que iban a llegar tarde. Hasta las 00:20 esperé en soledad. Allí. En la barra. Sólo. Apurando una cerveza Moritz caliente. Ni en un sábado de salida iba a librarme de Dolce Vita ("programa didáctico" según el dueño del bar). Maite Zaldívar y su novio traficante. Didactíquísimo.


Por suerte, finalmente puede visitar otro de mis bares preferidos, un pequeño santuario dedicado a Sara Montiel. Un lugar donde uno puede fumarse tranquilamente una chicha de pistacho mientras observa la extraordinaria belleza de antaño de Saritísima.

-"Ojalá se hubiera muerto joven. Hoy sería un mito" - se escuchó decir. Quizá lo dije yo. No me acuerdo. Ya iba borracho.