¡Arde Troya!
Mi gozo en un pozo. Esta tarde quería ir al gimnasio para seguir con mi preparación específica de cara al próximo verano, pero me lo he encontrado cerrado a cal y canto.
Se ve que esta mañana se ha quemado la sauna. Me siento un poco culpable, ya que el otro día me quejé porque la temperatura estaba un poco baja, y les dije si la podían subir unos cuántos grados.
Creo que se han pasado un poquito. Menos mal que no me ha pillado dentro. Estoy seguro que no me hubiera dado cuenta hasta que me hubieran empezado a arder los pies. Simplemente hubiera pensado: "Ahora, ahora sí que se está bien".
¿Creéis que tiene algo que ver mi comentario del otro día con el incendio de hoy?
Bueno, al menos ya tengo la mochila preparada para el jueves.
6 comentarios:
Ya sabes que las casualidades no existen...
Sí señor, tú siempre quédate con el lado positivo jaja. Ciao
lunarroja, no me digas eso que me asustas...
sometimes, seguro que has visto "La vida de Brian". Acuérdate del final...
Jacob,
me ha sorprendido que menciones esa entrada, ya que se trata de la primera de todo el blog, escrita por allá el mes de julio pasado.
La cita que comentas la saqué de un texto de Benjamin Mayer Foulkes sobre un fotógrafo ciego. Muy interesante. Se puede consultar el texto completo en:
http://www.fractal.com.mx/F15mayer.html
Un saludo.
..lo que pasa es que la sauna es cosa de finlandeses.. si no le meten suficiente caña la sauna se enfada y se quema.. o cómo no se quemó nunca la legendaria sauna de Kauppi, donde se me quemaron hasta los pelos del bigote...?
hale..
Calla loco, que aún me acuerdo de la primera vez que me llevaste a una sauna finlandesa, aquella que es tan antigua. ¡Qué mal lo pasé!
Qué bestias que sois allí, macho...
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