domingo, 2 de octubre de 2005

La moda de los gimnasios

A mí nadie me podrá llamar nunca Tobillo Blanco.

Ayer, sábado por la noche, no salí, y hoy, domingo por la mañana, me he levantado pronto para ir al gimnasio (¿quién me lo iba a decir a mí?, con lo que yo he sío... Dónde me veo por mi mala cabeza...)

Pues bien, en mi sesión de ejercicio de hoy, entre máquina y máquina, he podido comprobar (no sin una extraña sensación, mezcla de orgullo y diversión) que en este mundo de hoy, dónde la imagen es cada vez más importante y la metrosexualidad ya se ha convertido en una religión, en una época en que los hombres ya no se ruborizan al confesar que se depilan y se ponen cremas, el calcetín blanco de dos rayas ha encontrado su espacio: el gimnasio.

Sí señores, almenos en mi gimnasio los que llevan el calcetín blanco de dos rayas son legión. Predomina el de una raya roja y otra azul (dentro del infierno también existen clases), pero la gran mayoría comparte una característica definitoria de este tipo de calcetín: después de unos cuántos usos tienen la goma dada. Sí, el calcetín llega a un punto (sin retorno) en el que ya no tiene sentido subirlo hacia arriba, por la sencilla razón que entre el tejido y el tobillo de su propietario media una distancia nunca inferior al medio centímetro.

El calcetín de dos rayas, después de haber sido desterrado del ambiente nocturno de bares y discotecas (aunque me consta que en algunas zonas de Barcelona resisten grupúsculos inasequibles al desaliento) se encuentra muy agusto en el gimnasio, ya que la mayoría de sus usuarios ignora la posibilidad de gastarse dinero en el Decathlon para comprarse ropa de deporte, y opta por reciclar para esta actividad todo tipo de indumentaria que, por motivos que saltan a la vista, no suele utilizar habitualmente en su vida diaria.

Por eso, cuando escucho a la gente hablar sobre el mito de ligar en el gimnasio, esbozo una pequeña sonrisa, y pienso para mis adentros: "¡Por Dios santo! pero si mi gimnasio parece una leprosería!". No exagero, con el 90% de la gente que va allí no se puede salir ni a la puerta la calle.

6 comentarios:

Ylka Tapia (Malalua) dijo...

Pero k wapito t vas a poner llendo al gym jajajaja

besitos Muak

Stifmeister dijo...

Ja ja, pues sí, no veas cómo me estoy poniendo. El descubrimiento del gimnasio ha signifado el inico de una nueva era; en mi vida hay una época pre-gimnasio y una post-gimnasio.

Nada me había cambiado tanto desde el día que descubrí la gomina.

Anónimo dijo...

sin duda, fernando, consideramos que éste es uno de tus mejores posts. Maestro...

(jamie y nia)

Stifmeister dijo...

Cierto es que en los últimos días estoy recibiendo comentarios muy positivos sobre mi blog. Gente que nunca me hubiera esperado me comenta que lo lee cada día.

Os lo agradezco a todos de corazón, aunque poco a poco haceis que sienta más presión a la hora de publicar.

Especialmente os doy las gracias a vosotros: nia, jamie, folletti y desuomi, que habéis creido en Mi móvil y yo desde sus inicios!

Ylka Tapia (Malalua) dijo...

Buff yo me he enganchado a tu blog en extremo.

Stifmeister dijo...

mala lua, creo que eres la primera persona que no conocía que hizo un comentario en mi blog.
Yo también me he enganchado al tuyo, lo miro cada día unas 3 ó 4 veces, para ver si has puesto cosas nuevas.